Autor: Low Pressure Fitness16-10-2019
Una de las cosas que más me fascina de LPF es el efecto que tiene sobre el diafragma.
Mi nombre es Javiera Silva y estudié logopedia en Santiago de Chile. Siempre me interesé en el área de la voz, la cual se relaciona mucho con la postura, la respiración, la conciencia corporal y las emociones, entre otras cosas. Luego me di cuenta de que me faltaba profundizar en estos aspectos, y decidí hacer una formación de yoga, principalmente enfocada en el alineación corporal (el método se llama Jyotim, es una rama del método Iyengar). En esta formación fui aprendiendo cómo ejecutar cada postura de yoga correctamente y a sincronizar la mente, cuerpo y respiración en cada movimiento y en el mantenimiento de cada postura.
Después de unos años de estudio y práctica constante de yoga, descubrí Low Pressure Fitness, por medio de una amiga matrona que se interesa mucho en estos temas y había leído bibliografía acerca de este sistema de entrenamiento.
“Coincidió que fui a dar unas clases de yoga a Italia en junio del 2018 y aproveché la ocasión para realizar la formación intensiva de LPF en España, lo que para mí una experiencia única, muy intensa y enriquecedora.”
Todo cobró sentido al darme cuenta del modo en que mi cuerpo empezaba a verse y sentirse diferente, mi postura más erguida, comencé a sentirme más liviana, incluso la práctica de LPF me llevó a sentir de otra manera el yoga, con una conciencia aún más profunda, con una respiración más libre y vital, dándome a la vez mayor facilidad para comprender las posturas mental y corporalmente.
Hoy hago clases de yoga y LPF en Santiago de Chile, me gusta combinar estas dos disciplinas en una sesión porque, según mi experiencia, son la mezcla perfecta para alcanzar un estado de bienestar físico y mental. El yoga ayuda a desarrollar meticulosamente la conciencia corporal, al viajar con la mente a través del cuerpo observando cada detalle y manteniéndote con la atención plenamente en el cuerpo. En LPF se aplica toda esta práctica para aprovechar al máximo los beneficios físicos: posturales, respiratorios y fisiológicos.
Por otra parte, he podido experimentar los beneficios a nivel energético que brinda Low Pressure Fitness. Al igual que el yoga, es una práctica que crea espacios en las articulaciones (hombros, columna, caderas, cuello, diafragma, etc.), lo que se traduce en un desbloqueo de las energías que podrían estar estancadas en estos lugares cuando hay tensión muscular. Al desbloquearse estas energías que discurren por el organismo se produce una mayor gracia y armonía no sólo en el cuerpo, sino que también en los pensamientos, brindando claridad mental, reduciendo el estrés, mejorando el ánimo y sintiendo más vitalidad.
Una de las cosas que más me fascina de LPF es el efecto que tiene sobre el diafragma, principal músculo encargado de la postura y la respiración y que está directamente relacionado con las emociones. En la práctica se trabaja de tal manera que se libera la tensión acumulada. Cuando se libera el diafragma: se libera la respiración, se liberan las emociones reprimidas, se oxigena con más eficiencia el cerebro y el resto de los órganos, se disminuye la ansiedad y mejora la circulación, entre muchas otras cosas.
Por esto y por muchas más razones, recomiendo a ojos cerrados este sistema de entrenamiento ya sea para mejorar la postura, reducir abdomen, mejorar tonicidad del suelo pélvico, aliviar dolores musculares y articulares, o simplemente para sentir placer.
Javiera Silva.
Entrenadora certificada LPF-CT